(Dirigida por George Lucas – USA 1977)
Han pasado muchos años desde que Obi-Wan Kenobi (Alec Guiness) inició una vida lejos de aquellas guerras y peleas idealistas de los jedis, inclusive hay personas que dicen ya falleció. Un droide llamado R2-D2 llega a un lugar cercano donde Kenobi con información acerca de la lucha que sostienen unos rebeldes contra el imperio. Esta gente tiene entre sus líderes a la princesa Leia (Carrie Fisher) que ha logrado tener acceso a unos planos que pueden disminuir el poder ofensivo del temible Darth Vader (David Prowse), ella precisamente ha enviado una información en ese droide que solo el viejo Kenobi puede entender y luego ayudar a los rebeldes, pero él no puede solo, va necesitar ayuda. Coincidencias del destino, el joven Luke Skywalker (Mark Hamill) se convierte en su aliado junto al mercenario Han Solo (Harrison Ford). Kenobi es consciente del destino de Skywalker por eso lo induce a que se incline por la Fuerza, ahí está la clave para vencer al Imperio.
Magnífico filme con el que se inicia Star Wars, recuerdo haberlo visto en el cine Monarca con mi padre y hermano, no en el año 1977, sino en una repetición el año 1984. Yo tenía apenas 6 años. La clave de la magia de la película pasa por la actuación, hay química entre los actores, los diálogos se sienten sinceros, no hay pretensiones de algún actor por opacar a los demás, todos suman un trabajo en equipo satisfactorio. La historia es simple: el bien versus el mal. Fue tal el éxito del filme que hoy a casi 40 años de su estreno se viene la séptima entrega de la saga.
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