(Dirigida por Arturo Menéndez – El Salvador 2014)
Don Cleo (Salvador Solís) es un hombre de unos sesenta años, tranquilo, buenón, transcurren sus días en aquella piñatería en la que labora. Tanta paz se ve alterada cuando aparece un hijo del cual no está seguro si es suyo y casi al mismo tiempo una carta de extorsión en la que le piden entregue 500 dólares en 72 horas o lo matan. La pregunta es ¿quién le puede pedir esa cantidad de dinero a una persona pobre que apenas tiene para el día a día?
Lo mejor de la película es el realismo que se siente en el trajinar del protagonista, los personajes que interactúan con él y expresan sus pesares. La pobreza pareciera tocarte la cara y refregarte en el rostro que a veces somos privilegiados y no valoramos lo que tenemos. ¿Cuántas personas en este momento en el mundo no tienen lo que poseemos y no se andan quejando y más bien son más felices inclusive que nosotros mismos?
Deja una respuesta