Érase una vez (Once)

(Dirigida por John Carney – Irlanda 2006)

¡Fascinante! Una película romántica para dedicarla a los amores

del pasado,del presente y por los que vengan en el futuro.

Él (Glen Hansard) toca la guitarra y canta canciones en la acera de una calle del frío Dublin. No canta cualquier tema, lo suyo son las canciones de corazones partidos, decepciones amorosas, relaciones inconclusas. Una muchacha (Markéta Irglová) que vende flores se detiene a escucharlo una noche y le echa 10 centavos. Él le agradece, ella quiere conversar, su deseo es saber para quien van dedicadas esas canciones. ¿Por qué sufre? ¿A quién pretende olvidar componiendo esas canciones?

Él es duro, no quiere soltar prenda, no quiere abrirse. Ella tiene una gran fuerza de voluntad, quiere romper ese caparazón que él parece haber puesto con el mundo.

Maravilloso filme, con una banda sonora increíble. Cada tema que va cantando Hansard lo hace poniéndole pasión, alma y mucho sentimiento. Irglová, no se queda atrás, es la acompañante perfecta. Los dos recibirían a la postre los Premios Oscar por el tema “Falling Slowly” que interpretan en esta película.

El largometraje no solamente es música, toca el tema más importante de todos: el amor. No el amor falso, marketero que nos venden en otras películas, aquí lo que vemos es el amor basado en la amistad, que no cree en los facilismos ni en la rapidez, ni en el apresuramiento. Sin caer en “frases hechas” o en “querer gustar como sea al espectador”, el filme en su sencillez gana una fuerza extraordinaria, pasando desde el momento que la visualizas en el top 100 de mejores películas románticas de todos los tiempos.