(Dirigida por Daniel & Diego Vega – Perú 2014)
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.
–Albert Einstein.
Constantino Zegarra (Fernando Bacilio) es un juez íntegro, de aquellos a los que nadie les puede romper la mano, en otras palabras, insobornable. Muchos rufianes y bandidas lo odian, es más le desean hasta la muerte. A Zegarra le importa poco la actitud de la gente, él es un tipo consagrado a defender lo que piensa que es hacer justicia con honestidad.
Los problemas para él, empiezan cuando descubre en el estacionamiento que han dañado la ventana de su auto. Los de vigilancia dicen que no vieron nada. Empeora su situación cuando le meten balazos al conducir ese auto. Salva su vida pero queda mudo para siempre. Ahora solo tiene algo en mente: descubrir quién lo mandó asesinar.
El estadista inglés Benjamin Disraeli decía la siguiente frase: “Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores”. Zegarra logra transmitir más emociones a partir de su mudez, para pasar a ser un ente más activo en su vida. Sin embargo todo el idealismo inicial se va quebrando. Más que un final inesperado, su existencia cobra un giro intempestivo en toda su conducta.
Hablemos del idealismo. El escritor Iván Eskildsen señala cuando habla del Quijote que “Cervantes quiso enseñarnos que el mundo necesita idealistas que logren persistir en sus convicciones. Solo podrá mejorar el mundo mediante la entrega de los idealistas que creen en que se puede volver a reconstruir una Edad de Oro. El Quijote nos enseña a mantener una fe inquebrantable en nuestros ideales. En nosotros está el valor para superar el escepticismo de los tibios que nos rodean”. La pregunta es ¿Zegarra es un idealista con gran convicción o un intento de algo que no será? ¿Es que acaso está condenado a ser igual que su familia? ¿Realmente depende de él encontrar a su supuesto asesino? ¿Qué quiere realmente Zegarra hacer? ¿Zegarra tiene los pies bien puestos en la tierra? Estas y otras interrogantes surgen al ver “El mudo”: la última cinta de los hermanos Vega. Este filme es una invitación a pensar sobre cómo estamos actuando los seres humanos en la actualidad. Lo mejor de la cinta es la actuación de Bacilio, que va superándose conforme avanza la película, además de contar con un buen elenco de actores secundarios que lo apoyan desde un inicio.
Información del Autor: David Elías Cotos Espinoza (Lima, 1978). Estudió Economía en la UNALM. Formó parte de la Antología de cuentos “Letras en la piel” publicada el 2006 en Lanús, Argentina. Desde el 2007 escribe una serie de blogs sobre cine, entre los que destaca “Cine para usar el Cerebro”, con el cual el 2012 gana en España el Premio Internacional a Mejor Blog de Cine y Televisión organizado por el Diario 20 minutos. Recibe también la Marca Perú (licencia de uso) por el Proyecto Observando Cine. Ha publicado cuatro libros en Amazon, convirtiéndose “El amor es como un pan con mantequilla” el de mayor suceso (Best Seller Abril 2013). Acaba de lanzar un libro impreso de cuentos que lleva por título «Una mujer sin historia», de venta en la librería El Virrey y en Contracultura.
Antolín Martinez A. dice
Se ve muy interesante este filme por esta muy buena reseña.
Mudos nos quedamos todos cuando nuestra capacidad de asombro ante hechos irracionales (muchos de estos anclados en el hampa) se ve diezmada.
enletrasarte dice
otro aporte para atemperar la imperfección humana
un noble propósito y hay que darle «pa’lante»
un abrazo
Rosa María dice
Qué interesante! Veré si puedo conseguirla, me pica la curiosidad porque el tema es muy actual y esas actitudes se dan contadas veces en los investigadores o policías. Gracias y abrazo grandote.
FERNANDO BACILIO dice
QUE BACÁN HABER ENCONTRADO ESTE COMENTARIO SOBRE LA PELÍCULA «EL MUDO». GRACIAS POR VUESTRA APRECIACIÓN. ESO ES BUENO PARA NOSOTROS LOS INTÉRPRETES. NOS AYUDA SEGUIR CAMINANDO POR ESTE APASIONADO ARTE.