Aquella noche nunca la voy a borrar de mi memoria. Luego de visitar París, nos dimos con mi mujer, una escapada a Barcelona, me intrigaba conocer España. Tras dos días recorriendo, de cabo a rabo, la ciudad decidimos que teníamos que divertirnos en algún lugar caleta. El señor del hotel en que nos hospedábamos nos sugirió que fuéramos a “El Pardo”, que se encontraba en las afueras de la ciudad.
Llegar fue fácil, los problemas vendrían después para salir de aquel lugar. El espectáculo consistía en tres bailarinas que hacían una danza así tipo árabe en la cual entrelazaban sus cuerpos haciendo algo medio erótico en el escenario. Hacia la mano derecha había un tipo de bigotes que tocaba un piano y en el extremo izquierdo una mujer que movía las manos como si dirigiera a las bailarinas. El lugar se encontraba abarrotado de gente sentada en mesas.
De pronto ocurrió lo inesperado
– Carlos prepárate que en la escena siguiente, subes al escenario y haces el strip tease.
– ¡Perdón! – dije yo.
Voltee y me encontré con Woody Allen
– Wow, maestro me da un autógrafo?
El sujeto bajito de lentes me miró como si algo anduviera mal en mi cabeza.
– Carlos déjate de mentecatadas quieres!
Yo pensaba que era una de sus bromas. Pero no, en serio quería que yo actuara.
– Esto es una confusión – le dije.
Mire yo sólo quería divertirme y vine con mi mujer para ….
– Carlos ¿Cuál mujer? Si tú eres soltero
Al observar mi mesa, me di con que no estaba Claudia.
De pronto me sentí un cacaseno en medio de una sin razón.
– 3, 2, 1 Acción
Recordando las películas del maestro, improvisé. Subí donde las chicas, las acaricié un rato, les di unas palmaditas en sus nalgas, para luego comenzar a quitarme la ropa. En el público habían muchas mujeres que hacían gritos de júbilo mientras que yo me iba desprendiendo poco a poco de mis prendas. Una morenita era la más emocionada al mirarme, tenía una cerveza en la mano y la alzaba y gritaba ¡Eres grande! ¡Eres grande!. Lo más raro de todo es que Allen se encontraba parado entre el público con las manos y la disposición del cuerpo como si llevara una cámara y estuviera filmando, pero en realidad no portaba nada entre sus dedos.
Al quedarme en calzoncillos, la gente entró en un estado de estruendo. Vociferaban: ¡Que se lo quite! ¡Que se lo quite! . Woody sonreía y había dejado su “cámara” para conversar con una chica parecida a Penélope Cruz. En cuanto a la morenita, logré notar que me hacía gestos con su mano derecha llevándosela a la altura de sus abultados pechos.
No me los quité, pero un atorrante vino y me los bajó.
Ohhhhhh!!!!!
Silencio
Luego vino un ¡Bravo! ¡Bravo! Aplausos del respetable.
A la mañana siguiente cuando desperté la encontré a Claudia a mi costado.
– Mujer a dónde te fuiste anoche, no sabes todo lo que me pasó en “El Pardo”.
– ¿Anoche? ¿El Pardo? ¿De qué hablas?
FIN
David, un relato que se filtra entre las candilejas de una película y la visión onírica de los sueños. La realidad y la ficción, como en el cine, se mezclan y el personaje se ve envuelto en el rodaje de una escena de Woody Allen. Pero entre ambos -rodaje y sala de baile, relidad y sueño- apenas se observa la línea que los separa.
Un cuento de cine. Un placer su lectura.
Un abrazo
Lo siento pero este actor nunca me ha gustado, he empezado a verle películas de las que nunca he podido terminarlas ni avanzar con ellas.
Un abrazo
¡¡Genial!! Digno de una de sus mejores películas, tanto que estando Woody Allen en ese «sueño» me parece de lo más real. Yo creo que fue así como le conociste. ¿Verdad? 🙂
Besitos.
En el comienzo de la lectura pensé… David perdió la seriedad!
Pero el final me lo aclaró todo… respiré y te digo que fue estupendo leerte.
Un abrazo, buen martes.
Pues que casi me lo creo todo así que al llegar al final me he quedado sorprendida al ver que era un relato sobre lo que me ha parecido un sueño.Saludos
…toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Me ha gustado y te he envidiado por conocer a Allen, aunque claro ese CArlos no podis ser tu, tal vez un amigo, pero era mejor era una buena historia
Allen, un genio extraño. Abrazos
Jajaja! Alleniano el cuentecito…
¡Hola David! ese sueño sería un guión genial y desde luego merece la pena que lo dirija Woody Allen ; ) me voy con una bonita sonrisa a la cama imaginando el strip tease.
Sinceramente me ha encantado esta faceta de narrador de historias. Bss.
Un placer leerte en este cuento donde metes el cine, tu mayor pasión, como personaje liminar, así sea Woody Allen el que lo motive (culto por este magnífico director). Un abrazo. Carlos
hijole a mi me gusta 1 por cada 20 que hace hahaha