(Dirigida por Lucía Puenzo – Argentina 2013)
Una niña juega con sus amigas. Un hombre mayor, de bigotes, la observa. Sonríe. La muñeca que ella lleva, cae al piso. Él la recoge. ¿Cómo se llama tu muñeca?. Wakolda le responde ella.
Es el año 1960, La ruta del desierto en La Patagonia. Este hombre, Josef Mengele (Àlex Brendemuhl), pretende viajar hacia el Sur y le solicita a Enzo Raggi (Diego Peretti), padre de Lilith (Florencia Bado) para ir en caravana. Es extraño este tipo, como mira a la pequeña, a Enzo le provoca desconfianza pero acepta la propuesta basado en que los extranjeros siempre tienen miedo a esa ruta.
Josef no busca alejarse de la familia de Lilith. Como ellos tienen una hostería los convence, previo pago adelantado de 6 meses, para quedarse ahí alojado. Lilith se encuentra fascinada con el foráneo, pero no solamente ella, también un buen grupo de alemanes que viven en el entorno del lugar. La pregunta es ¿Quién es este tipo misterioso? ¿Qué busca? ¿Por qué mira tanto a la pequeña? ¿Será un pervertido?
En Wakolda atrapa la actuación de Brendemuhl y Bado. Son el complemento perfecto para lo que buscaba la directora Puenzo transmitir en el filme: la historia en Argentina de Josef Mengele, el denominado “Ángel de la muerte” en la Segunda Guerra Mundial. Un hacedor de experimentos con humanos y animales. Brendemuhl manifiesta en su mirada y gestos esa obsesión enfermiza por los seres humanos. A su vez, Bado muestra una inocencia y curiosidad tan intensa por aquel hombre mayor que se nos hace creíble su actuación.
La película tiene sus mejores momentos desde que Mengele se instala en la hostería. El interés nuestro es saber que va hacer a continuación este extraño sujeto. No puedo terminar esta reseña sin dejar de mencionar la buena actuación de la bella actriz Elena Roger interpretando a la fotógrafa Nora Eldoc.
Rosa María dice
No vi la película aunque está en cartelera, me has motivado para hacerlo. Gracias. Besos.