(Dirigida por Ruben Östlund – Suecia, 2014)
Miedo (del lat. “metus”) 1 (“Dar, inspirar, Coger, Sentir, Tener, Cundir, Propagarse) m. Estado afectivo del que ve ante sí un peligro o ve en algo una causa posible de padecimiento o de molestia para él. 2 Creencia de que ocurrirá o puede ocurrir algo contrario a lo que se desea.
Héroe (del lat. “heros, -ōis”, del gr. “hērōs”) 1 m. MIT. Hijo de un dios o una diosa y un mortal, como Hércules o Aquiles. 2 Persona que ha realizado una hazaña admirable, para la que se requiere mucho valor. 3 LITER. Personaje principal en una obra literaria.
Tomas (Johannes Bah Kuhnke) y su modélica familia sueca viajan a los Alpes para disfrutar de una semana de vacaciones esquiando. El segundo día, mientras desayunan en la terraza del hotel de lujo, de repente (siempre hay un “de repente”) se produce una avalancha. Ebba (Lisa Loven Kongsli) reacciona protegiendo a sus dos hijos. Tomas reacciona recogiendo su iPhone y sus guantes y echando a correr. Fundido en blanco.
Humor, sátira, personajes tan humanos como bellos que se perderán y se encontrarán en una interpretación impecable, y nieve, mucha nieve.
Fuerza Mayor es un drama ¿un drama?… es una comedia ¿una comedia?… es el último film de Ruben Östlund, cineasta honesto donde los haya, que escribe, dirige y muchas veces produce, sus propias “honestidades”. Muestra de esto son sus tres largometrajes anteriores: The Guitar Mongoloid (2004), un relato con tintes de documental en el que se narraba las vidas de una serie de personajes, la mayoría haciendo de sí mismos y no siendo actores profesionales, residentes en la ciudad ficticia de Jöteborg; Involuntary (2008) adjetivada por su creador como una “comedia trágica” o una “tragedia cómica”, que engarzaba cinco historias paralelas y en la que se analizaba ya el comportamiento humano como grupo. Llamó la atención su personal forma de rodar: larguísimas tomas sin cortes dentro de las escenas, mostrando así su experiencia en un género tan atípico como el “skiing films” donde un corte es la evidencia de un error; y Play (2011) polémica cinta inspirada en casos judiciales reales, y que puso de relieve temas como la discriminación, el racismo y la xenofobia, mediante un perverso juego psicológico entre adolescentes.
Por todo ello, quizá podemos afirmar que Östlund es uno de esos directores molestos que paradójicamente van siendo nominados y premiados allá por donde van. Junto a Erik Hemmendorff fundaron su propia productora porque al salir de la escuela de cine, no querían pasarse 3 o 4 años esperando el “sí, quiero” de la industria que financiase sus proyectos. Querían aquí y ahora, y con toda la libertad creativa de la que fueran capaces. Confiesan que compartían la inspiración de un mismo profesor, Kalle Boman, y su consejo de nadar a contracorriente, siempre.
Nada más acertado y metafórico que una avalancha para referirnos así al trabajo de Östlund, a pesar de ser un tipo de carácter más bien tranquilo. Con esa mirada contemplativa que caracteriza muchas veces al cine independiente, el director cuenta que le gusta observar a los humanos y sus reacciones desde el punto de vista behaviorista, exponiendo a sus protagonistas a unas situaciones (límites o cotidianas) que a los demás nos resultan incómodamente familiares. Todos podríamos ser Tomas. Y todos queremos ser Ebba, pero la odiamos. La odiamos porque con su valentía nos humilla, nos empequeñece, nos obliga a confesar nuestros miedos, nos presiona para reconocer nuestras debilidades. Y sólo cuando veamos en ella también el pánico y el error, que llegarán (siempre llegan) podremos levantarnos entonces como héroes.
Drama o comedia, Fuerza Mayor es un ejemplo más de honestidad con la que el cine sueco tiene el futuro asegurado.
Información del Autor: Mar G. Hortelano es licenciada en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Interesada por la relación entre la literatura y el cine cursó los doctorados de Historia del Cine y de Literaturas Hispánicas y Géneros Literarios respectivamente. Su pasión por la traducción y la cultura escandinava http://ardescandinavia.blogspot.com/ le ha llevado a especializarse en literaturas y cinematografías nórdicas colaborando actualmente en varios medios.
Carolina Rodriguez dice
Muy interesante. Todos lidiamos con el miedo, todos queremos ser héroes algún día, pero el miedo paraliza, así que está la cuestión de si los héroes no sienten miedo o de si el miedo te hace débil.
Mar dice
Totalmente de acuerdo contigo, Carolina. Quizá sólo se puede ser héroe, a ratos 🙂