(Dirigida por Leonardo Favio – Argentina 1965)
Celedón Rosas (Diego Puente) es considerado una porquería, esas manzanas podridas que lo único que hacen es malograr a las de su alrededor. Eso piensan las autoridades del reformatorio en el que se encuentra el muchacho, apodado Polín por sus amigos. Él no es un santito tampoco, ni pretende serlo, a él mejor le queda eso de mentir, pelear o huir. Defenderse de los ataques del inspector Fiori (Victoriano Moreira) lo conducen al peor de los castigos, sin embargo él quiere ser libre y cree en la posibilidad de conseguirlo.
Realista a más no poder, la escena en el río entre los niños nos remece. Al igual que lo que observa Polín por las noches en la villa miseria. Favio siempre fue un grande para retratar aquello que muchos otros no hacen como deberían hacerlo: la vida cruda, real, sin fantasías de finales felices, la que te muerde cuando pisas el asfalto, cuando sueñas con algo pero una pared rompe esas imágenes deseadas por ti.
Considerada, por muchos, como la mejor película de la historia del cine argentino, merece la pena ser vista para su análisis y posterior debate.
Información del Autor: David Elías Cotos Espinoza (Lima, 1978). Estudió Economía en la UNALM. Formó parte de la Antología de cuentos “Letras en la piel” publicada el 2006 en Lanús, Argentina. Desde el 2007 escribe una serie de blogs sobre cine, entre los que destaca “Cine para usar el Cerebro”, con el cual el 2012 gana en España el Premio Internacional a Mejor Blog de Cine y Televisión organizado por el Diario 20 minutos. Recibe también la Marca Perú (licencia de uso) por el Proyecto Observando Cine. Ha publicado siete libros en Amazon, convirtiéndose “El amor es como un pan con mantequilla” el de mayor suceso (Best Seller Abril 2013).
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