Corazón de León

(Dirigida por Marcos Carnavale – Argentina 2013)

Los prejuicios son la razón de los tontos.

Voltaire

Ivana (Julieta Díaz) ha tenido un día de mucho estrés, al llegar a casa solo piensa en descansar. Su hogar la recibe con tres mensajes en el teléfono fijo. El primero es de su mamá Adriana (Nora Cárpena), quiere ir al cine con ella.  El segundo es de su ex Diego (Mauricio Dayub), con el que todavía comparte un estudio de abogados a pesar de llevar 3 años separados. El tercer mensaje es de un desconocido que encontró el celular que ella había tirado por un ataque histérico en Plaza Alemania. Este tipo lo que pretende es devolverle el celular no sin antes cerrar una cita con ella, a Ivana le resulta divertido, esa noche conversan buen rato, finalmente acepta la propuesta de este hombre que la llena de palabras bonitas.

El día que se conocen, la más sorprendida es Ivana y no tanto por la personalidad arrolladoramente seductora de este hombre sino más bien por su estatura, mide 1.36 cm.

León (Guillermo Francella), así se llama el desconocido, es un tipo perseverante y logra enamorar a Ivana….sin embargo ella lo sigue tratando como “amigo” a pesar de acostarse, salir en plan de novios, etc. León quiere algo serio, ella está enamorada….pero hay algo que frena este amor…. ¿la estatura de él podría ser? o tal vez ¿los convencionalismos que la dominan a ella y a su entorno?

Lo mejor de “Corazón de León” empieza a partir de los tres cuartos de hora de iniciado el filme. León lleva una vida de pareja con Ivana, pero ella no le presenta a nadie de su familia ni amistades ni gente de su trabajo. Para él, ella lo está escondiendo. Ella le responde que es reservada con su vida íntima. Él cree que ella le miente. A partir de esta escena es que la película se torna interesante, se vuelca al drama. Francella se luce en el papel de León, a Diaz todavía le falta esa fuerza necesaria para ser el contrapeso de este gran actor. Quien si sale bien parado es el actor Nicolás Francella que interpreta al hijo de León, y es que muestra mucha naturalidad en sus escenas juntos, hay mucha química entre ambos, parecen padre e hijo en verdad, uno frente a la pantalla grande siente eso.

Carnevale nos muestra como él mismo declara “gente que vive como se debe vivir pero no como quieren vivir”, en otras palabras y también repitiendo sus palabras ya es tiempo de “que la gente se deje de joder y de una vez acepte al otro tal como es”. Hoy en día los prejuicios, la intolerancia, el mostrarse perfectos ante los demás está llevando a un estado de infelicidad y amargura tremenda. Sí, a la gente no le gusta que le digan verdades pero eso está ocurriendo, no cerremos los ojos ante lo evidente.

Es hora de quitarnos los caparazones, paradigmas y comenzar a actuar de acuerdo a nuestros verdaderos pensamientos, a lo que creemos, en quién creemos, amamos, mejor dicho, es hora de hacer de nuestra vida un goce y no un mar de lágrimas.