(Dirigida por Thomas Vinterberg –Dinamarca, 2016)
En la tierra seremos reinas,
y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos,
llegaremos todas al mar.
GABRIELA MISTRAL
“Todas íbamos a ser reinas”
Cuando Erik (Ulrich Thomsen) hereda de su padre, con el que llevaba más de veinte años sin hablarse, una casa de 450 m2 al norte de Copenhague, su mujer Anna (Trine Dyrholm) le anima a no venderla; a habitarla “un arquitecto debe vivir en una casa grande” le dice; y a que la compartan con otros amigos “necesito oír a otras personas” le dice. Ambos, junto a su hija de catorce años, emprenden la aventura comunista de convivir en el caserón con amigos de siempre y con algunos nuevos. Al principio, todo fluye: sol, sexo, nudismo, literatura de izquierdas, largas cenas y litros de vino. Anna se muestra encantada, llena, libre, feliz. Pero Erik parece incómodo, incluso aburrido, preocupado por los gastos, por su trabajo, y por la distraída Anna. Es entonces cuando aparece la hermosa Emma (Helene Reingaard Neumann), una estudiante de tercer grado de arquitectura. “¿Qué le entusiasma? Descúbralo” le aconseja Erik. Y lo que descubre después el propio Erik, es a una joven mujer entusiasmada por él.
La comuna, comprensiva y abierta, tendrá que decidir si aceptar a la amante o respetar a la mujer reina-destronada.
Anna cae abatida. Echa de menos a su marido y no sabe cómo salir de su élice de tristeza.
La comuna, ya no parece tan ideal ni tan divertida. Y cuando un solo miembro sufre, también el grupo se resquebraja.
Con unos extraordinarios actores y actrices de reparto, girando alrededor de una estrella con luz propia como es Trine Dyrholm, el último trabajo de Thomas Vinterberg nos emociona y nos sacude casi tanto como en La caza, film que también recomendábamos desde Observando Cine. Esos otoños daneses que invitan a la mucha compañía al lado de un buen fuego, cuando “el amor empieza a escasear en el mundo” señala uno de los protagonistas. Pero el amor libre no entiende de posesiones ¿no? Así pues… quizá la comuna no funcione cuando está en juego la supervivencia de un corazón demasiado sensible. Pero como nos recuerda la canción de la banda sonora: “sólo tenemos un día antes de marchitarnos”: ¡Descubramos qué nos entusiasma!
Feliz Navidad a tod@s
Información del autor: Mar G. Hortelano es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Interesada por la relación entre la literatura y el cine cursó los doctorados de Historia del Cine y de Géneros Literarios respectivamente. Su pasión por la traducción y la cultura escandinava http://ardescandinavia.blogspot.com/ le ha llevado a especializarse en literaturas y cinematografías nórdicas colaborando actualmente con varios medios.
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