Élite es una serie, que en sus tres primeras temporadas, cuenta las aventuras y desventuras de un grupo de muchachos que estudian en un exclusivo colegio español. La incorporación de compañeros de estratos bajos (que acceden gracias a una beca) origina, ni bien arranca la historia, el despertar de una serie de acciones impensadas para cada uno de los ya viejos alumnos de la institución.
¿Qué hay en común durante toda la serie? ¿Por qué sin ser una obra maestra engancha a cierto público? Para mí va por el tema de algo que algunos (o muchos) humanos llevan consigo durante el trayecto de su vida: el sentimiento de culpa. Si analizamos uno a uno los personajes principales (y ojo que hasta los secundarios también) viven atormentados por algo que hicieron y en algunos casos por algo que pudieron haber hecho, pero no hicieron. Según la psicóloga Vanesa Fernández el origen de la culpa tiene que ver con el desarrollo de la conciencia moral, que se inicia en nuestra infancia y que se ve influida por nuestras diferencias individuales y las pautas educativas. Si una persona reconoce sus culpas, rápidamente va tener la solución a estas. Sin embargo, entrar en un estado de parálisis lo único que va lograr es que esté ahí dándole y dándole vueltas al asunto, en otras palabras, quemando cerebro. Algunos personajes logran resolver esas culpas que creen tener (o tienen) pero otros no. Así se mantiene la serie en sus 24 capítulos. El drama humano es tal vez algo que siempre nos resulta atrapante, ese ser que puede resultar dadivoso, cariñoso, pero también malvado, vengativo, orgulloso. Pero por qué no hacer como el pensamiento de Sócrates cuando dice: desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. ¿Es que acaso no la vamos a encontrar?
Tres actores para destacar y seguir: Miguel Bernardeu, Álvaro Rico y Danna Paola.
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