(Dirigida por Ciro Guerra – Colombia 2015)
Recuerdo una tarde del verano de 1994 que me encontraba haciendo turismo en el departamento de Junín (Perú), específicamente estaba en el Convento de Ocopa. El guía nos llevo a un salón donde tantos las paredes como el techo estaban pintados con la historia de los sacerdotes franciscanos que fueron a la selva peruana para llevar su fe. Los dibujos eran impactantes y los rememoro con precisión, además tengo en la mente que al momento de mirarlos entró por la ventana un colibrí multicolor, yo jamás había visto la belleza de un ave como aquella. Hoy tuve la oportunidad de observar el filme “El abrazo de la serpiente” y la escena en que el cura se encuentra con los personajes protagónicos y habla por unos segundos de Perú vinieron a mí todos aquellos recuerdos de aquella visita a Junín.
¿De qué trata la película? Es el año 1909 y Karamakate es un hombre de la selva colombiana que es buscado por un joven para ayudar a curar a un científico que se encuentra en mal estado de salud. Este último sabe que la planta yakruna puede salvarle la vida y que Karamakate es el único que puede conducirlos hasta el lugar donde crece este vegetal. En un inicio Karamakate se niega a prestar auxilio, sin embargo luego se convierte en una especie de líder “no visible” entre estos 3 hombres en la búsqueda del yakruna.
Si bien hay varias escenas que, dependiendo de cada persona, van a ser las que más le gusten del filme, para mí en particular, los instantes que me impactan más son cuando Theodor Koch-Grünberg discute con el jefe de una tribu por la brújula que se han adueñado ahí y que le pertenece. Él lucha por que se la devuelvan, sin hacer uso de la violencia, solo hablando, pero nada, ellos la quieren sí o sí. Cuando ya desalentado regresa a la canoa, Karamakate le pregunta qué tanto le interesa esa “cosa material”, el científico le responde que ellos ya tienen el conocimiento de guiarse con las estrellas, que ese conocimiento debe seguirse compartiendo de generación en generación, el de pronto hacer uso de la brújula puede cortar ese flujo normal de brindar conocimientos ancestrales a los futuros miembros de la tribu.
Para mí el mensaje final del filme es que todos nos necesitamos, no podemos lograr resultados si seguimos creyéndonos autosuficientes. Debemos trabajar juntos como hermanos, observando de qué manera mejorar nuestro entorno y el de los demás, de esta manera podremos vislumbrar un presente (y futuro) prometedor en este mundo cada día más egocéntrico.
Información del Autor: David Elías Cotos Espinoza (Lima, 1978). Estudió Economía en la UNALM. Ha formado parte de dos Antologías de cuentos en Argentina, una publicada el 2006 en Lanús y otra el 2015 en Buenos Aires. En Perú publicó un libro de cuentos titulado «Una mujer sin historia» bajo el sello de Editorial Casatomada. Desde el 2007 escribe una serie de blogs sobre cine, entre los que destaca “Cine para usar el Cerebro”, con el cual el 2012 gana en España el Premio Internacional a Mejor Blog de Cine y Televisión organizado por el Diario 20 minutos. Recibe también la Marca Perú (licencia de uso) por el Proyecto Observando Cine. Ha publicado siete libros en Amazon, convirtiéndose “El amor es como un pan con mantequilla” el de mayor suceso (Best Seller Abril 2013).
Parece muy interesanbte y me gustaría verla.Saludos