Basada en la historia creada por Robert Mark Kamen
USA – 2021
John Kreese (Martin Kove) no es cualquier malvado, es ese tipo que uno piensa ¿qué diablos le ocurrió antes para que sea así? La respuesta es resuelta en esta temporada ya que en medio de la redención de Johnny Lawrence (William Zabcka) y la búsqueda de equilibrio de Daniel Larusso (Ralph Macchio) quien se beneficia de este tiempo es Kreese. Basta ver los últimos 20 minutos del capítulo final de la temporada para deleitarse con aquello de que “hierba mala nunca muere” sino todo lo contrario: cobra más fuerza.
¿Qué se puede decir de esta temporada? Los mejores momentos llegan a cargo de Elizabeth Shue que en el retorno de su papel de Ali Mills se convierte en la Miyagui de Daniel y el mismo Johnny. Solo le bastan dos capítulos y más que suficiente. No puedo olvidar a Yuji Okumoto en el rol de Chozen y Tamlyn Tomita en el de Kumiko, ambos no llegan a trascender como la Shue pero son importantes por lo que significan en la vida del siempre inmaduro Daniel Larusso. Aquí bien vale la pena mencionar la química entre Macchio y Tomita, han pasado más de 30 años y lo de ellos sigue igual de mágico (solo falto que pusieran la canción de Peter Cetera, Glory of love). Vayamos a los puntos flacos, las historias de los personajes juveniles se suceden muy rápido no cuajando como en las anteriores temporadas.
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